jueves, 3 de mayo de 2007

Lunares


Una luna.

..Estrellas.

Luz y anda.

Resaltaba en ella un color tan pálido, como la piel de aquel cadáver que una vez había visto.

Sus pómulos, puentes de lejanas miradas; y los párpados... Encerraban una perdida decisión de no envolverse entre sombras de nada, ni de nadie... (nunca mas).

Cabello, apenas tapaba sus orejas; faltaba algo para que llegara a sus hombros. Eso le disgustaba, ya que ansiaba una larga cabellera... Como la recordaba.

Una pierna tapaba la otra. La rodilla y la “ante rodilla” (cosa que nunca supo como se llamaba realmente) también juntas.

Su mano derecha, rotaba dedos en su boca. Y también, hacía de reposo a su cabeza, sosteniéndola, por su cachete.

Su mano izquierda acariciaba el vidrio empañado de su ventana (grande), y dibujaba corazones, estrellas, árboles, letras... Como si algo de eso pudiera salir en algún rincón de su cabeza y la llevara hacia otro lugar. Sentada en su cama, por donde todas las noches observaba la calle, así... Como esperando que algo diferente suceda. Escribiendo también; escribiendo sobre su tristeza. Nunca (casi nunca), sus escritos trataban algo alegre. Solo su tristeza era el motor motivador a sus palabras.

Sus patéticos recuerdos, hacían que escribir fuera mas fácil.

Generalmente su entorno jugaba a escucharla... Pero ella sabía bien, que nadie entendía verdaderamente (como ellos afirmaban), lo que era su vida. Sus componentes, su pasado, su dolor, su tristeza (grande por cierto), sus dificultades, sus sueños (palabra importante en su diccionario personal)... Su vida. Era demasiado fácil confundirla con una traumada de actuación. Eso se debía a su ciclotimia constante. Podía pasar de una risa alterada, a un llanto eterno y desesperado en un abrir y cerrar de ojos.

Cada persona que la conocía, sin distinción, la tildaba de rara (ya sea en el bueno o en el mal sentido) y de súper poderosa. Pero eso se debía a su gran campo de fuerza, que ella misma generaba entre “la gente” y su persona. Su temor hacia el resto de las personas, era tan grande, que hasta llegaba a hacer como que todo le daba igual para generar una situación calma frente a otros. Eso la dejaba, constantemente, en una posición diferente. Como si le gustaran las personas. Cosa que era totalmente incierta. Mientras menos gente había, mas tranquila estaba.

MIEDO AL DOLOR:

LA GENTE LASTIMA + ESO TRAE DOLOR = NADA DE GENTE

Su soledad, en algunos momentos, había alcanzado un nivel tan grande... Eran como momentos en los que, verdaderamente quería estar sola en el mundo. El aire se agotaba. No podía compartirlo con nadie. Soledad para vivir.

De ahí, que ella sabía que nadie conocía realmente su existir.

Solo sus escritos, sus dibujos, sus pensamientos, su ventana y sus lágrimas; sabían con certeza, lo que había en su interior.

Lágrimas.

Otra vez largaba a llorar. Nada era mas personal para ella que su llanto.

Como si pudiera respirar de él. Como si le diera vida.

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